viernes, 18 de septiembre de 2020

La virtualidad en la niñez

El 20 de marzo a las 00:00 horas Argentina anunció el aislamiento social obligatorio a nivel nacional por VOVID 19.

Desde ese día los y las profesionales de la salud estuvimos involucrados en la problemática de diferentes maneras. En lo que respecta a la salud mental, las profesionales nos hemos capacitado periódicamente en diferentes abordajes en este nuevo contexto. De un día para el otro, tuvimos que cerrar los consultorios, y los pacientes que acudían semanalmente a aliviar su dolor, a tratar sus problemáticas, a adquirir herramientas para la convivencia familiar, laboral o social, de repente se vieron en un confinamiento que en muchos casos los llevó al aislamiento total sumergiéndolos en la tristeza profunda, incluso a la depresión.

Nos vimos obligadas a trabajar con mayor intensidad o fundamentalmente a ser creativas. En muchos sectores se establecieron una red entre colegas para compartir experiencias y estrategias implementadas en cada circunstancia para poder adaptarlas a nuestro contexto.

Es así que empezaron las terapias por Skype, por Zoom (plataforma desconocida por la mayoría hasta el momento del confinamiento), por videollamada, y para quienes no toleraban la imagen, la terapia a través del llamado telefónico y hasta se han implementado las terapias por mail.

En tiempos de encierro, en tiempos de clases presenciales suspendidas, los niños y las niñas necesitan mas que nunca su espacio de intimidad con otros niños, y cuando esto no es posible, construir un espacio con otra persona, como la psicóloga, otra que no es ni el papá, ni la mamá, lo habilita a poder desplegar un sinfín de emociones, reproches, enojos, conflictivo familiar, y construir diferentes modos de afrontar lo que allí acontece.

Las pantallas siempre han sido nocivas en exceso y desbordantes cuando no hay una subjetividad que devuelva una mirada, una palabra, un gesto que humanice.

Sin embargo, en los encuentros virtuales con los pacientes, jugamos, y construimos un encuentro que permite al niño sentirse contenido y expresarse. En estos nuevos espacios nos encontramos con la incomodidad muchas veces “el cuarto desordenado, la mamá limpiando, la ropa tirada” en cierto modo nos permite conocer mas de cerca lo que los niños y niñas viven en la cotidianeidad.

Por momentos van hasta el living a preguntar algo, y quedamos a la espera, mirando una pared, otras veces consultan algo poniendo el celular en silencio, en cierto sentido ahora es el paciente (niño o niña) quien de alguna manera controla la sesión, decide cuando retirarse, volver, o finalizar, sin embargo, cuando se construye una transferencia positiva, ese espacio se vuelve único, e incluso se resisten a dar por finalizada la sesión.

Son tiempos diferentes, seguro, pero estar presente en la niñez es fundamental…







Los padres en la terapia de los niños y niñas


Hace poco habilite en las redes la siguiente pregunta: ¿Qué dificultades tenían padres y madres con sus hijos en tiempos de pandemia?

Las interacciones llegaron inmediatamente: rebeldía, angustias, miedos, regresión, cambio de rutinas, falta de socialización, cambios en el sueño, soledad, miedo a salir de casa, pesadillas, necesidad de socializar. Todos estos sentimientos y dificultades aparecían a la vez en la clínica con adultos.

Los niños y las niñas no pueden atenderse de manera aislada, cuando los padres y madres llegan a la consulta, es necesario explicarles que son parte del tratamiento, que lo que sienten y cómo viven su vida adulta no deja de influir en su rol paterno/materno; por lo tanto, es primordial el abordaje con toda la familia.

Estos tiempos han sido de mucha incertidumbre para la población mundial, y lo continúa siendo, en ese proceso, los adultos referentes (padre, madres, docentes) han querido mostrarse ante los niños y las niñas de la manera mas equilibrada posible, sin embargo, la angustia, el miedo, y la incertidumbre, están presentes en el seno familiar, en mayor o menor medida, dependiendo de varios factores.

“En el vínculo padre – hijos se ponen en juego los ideales del ideal del yo, los proyectos inconclusos, lo que se hubiera querido ser, los sueños e ilusiones de la propia infancia. Muchas veces se espera que el niño cumpla lo que los padres no pudieron hacer, hay allí una idea de futuro. En otros, lo que se espera es que el hijo cubra ya, en lo inmediato, la propia insatisfacción. Debe ser “ya” el niño maravilloso. Es decir, son los ideales del yo ideal los que predominan, y si no cumple con lo esperado, el derrumbe es absoluto. (Beatriz Janin, 2013)

Por esto, es importante involucrar a los padres en el tratamiento de niños y niñas y en ese espacio trabajar las ansiedades y miedos que día a día viven los padres al momento de criar a un hijo. Muchas veces, con estas intervenciones se puede reconstruir, sanar y fortalecer el vínculo, porque cuando las ansiedades y miedos disminuyen, toda la familia comienza a funcionar mejor.

 

Referencias bibliográficas:

·    Janin Beatriz (2013). Intervenciones en la clínica psicoanalítica con niños Noveduc.

jueves, 10 de septiembre de 2020

PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

Poner en agenda este día nos permite hablarlo, desarmar mitos y comenzar a escuchar no solo las palabras, sino también los silencios.

Al despedirse de la infancia, cada adolescente debe tomar decisiones que están comprometidas con deseos inconscientes, respecto de qué y cuáles de los aspectos de su pasado permitirá que prevalezcan en el futuro. Esas decisiones no se toman de la noche a la mañana, es un momento de crisis y es a la vez una oportunidad para afianzarse y prepararse para la vida adulta.

Hay dolores que se guardan muchos años, hay dolores que nunca encontraron una escucha compasiva, que nunca se compartieron, y que nunca se aliviaron.

Es importante poder advertir cambios bruscos en la conducta de una persona, el retraimiento, el aislamiento, la pérdida del placer por cosas que antes disfrutaba. Muchas veces hay pequeñas señales que dejamos pasar, que advertimos, pero no consideramos importante, y sin embargo enuncian la tormenta interna que alguien está atravesando. En estos casos, es fundamental poder acompañar, ofrecer una ayuda, permitir que la carga de un profundo dolor sea compartida, y habilitar la palabra, poder hablar del sufrimiento alivia la carga del mismo.

El suicidio muchas veces es pensado como una vía de escape, ante la incapacidad de encontrar otras formas de resolución a tanto dolor, por eso es imprescindible pedir ayuda y armar una red de contención.

Este día me pareció una gran oportunidad para hacer unas preguntas a mi colega de México Jesús Oswaldo Loera Cervantes, director del colectivo muerte, subjetividad y cultura. Psicólogo, tanatólogo, terapeuta existencial, agradezco siempre su generosidad y el gran trabajo que hace.

1.     ¿Es importante que exista un día mundial para reflexionar sobre el suicidio?

Justamente, me siento muchos mas cómodo llamándole día mundial para reflexionar sobre el suicidio, que para la prevención del mismo, no porque esté en contra de la prevención, sino porque creo que la reflexión debe preceder a la prevención, y dado que “Lo lingüístico es político” (Yasnaya Aguilar), creo que reflexionar nos permite preguntarnos ¿Qué posición tomar ante un sistema social y político que vuelve insoportable ciertas condiciones de vida? Por el contrario, temo que dar por sentada la prevención invisibiliza las existencias singulares y por tanto, su escucha.

¿Hay formas de prevenir el suicidio?

Creo en la escucha, sin embargo, no sé si escuchar “impida” que alguien se quite la vida, pero sí creo que la escucha hospitalaria hace del consultorio un lugar donde se pueda estar a salvo, un lugar donde sea posible vivir: “un mundo donde caben otros mundos”, y esto me parece bastante ya.

Creo que es posible, entonces, dejar de pensar el consultorio como un lugar donde “uno va para corregir su existencia”, y pensarlo como “un refugio, como un lugar donde “aun es posible vivir”, quizá.

 3. ¿Cómo puede la familia identificar conductas de riesgo en su hijo adolescente?

Me parece que la mejor forma de saber del sufrimiento de quienes nos rodean es la conversación, pero no la conversación que adoctrina, que repite lo ya dicho, sino la conversación que aproxima, que pregunta. Muchas veces escucho a papás y mamás diciendo: “yo hablo todos los días con mis hijxs”, cuando lo que en realidad sucede es que cada día llevan a cabo un monologo frente a ellxs. Conversar en cambio, significa “abrirle la posibilidad a un discurso que es diferente al mío” (Orange).


Concientizar en avanzar en prevenir no solo suicidios sino situaciones de crisis, violencias, agobio y desvalimiento es dar alguna resolución mejor que la de terminar con la vida. Cuando creamos en avanzar para consolidar lo poco o mucho que hayamos concretado será el momento de valorar los esfuerzos.

Una vida que no sigue es una vida inconclusa, no es una vida sin dolor. El dolor o el sufrimiento se cambian de otra manera, sea el que sea.

En la peor de las guerras, en la más dura de las catástrofes, siempre hay quien muestra que se puede y hay otros que se suman. Vamos por un poco más, vayamos por algo mejor (Dra. Diana Altavilla).

 

Si vos o algún familiar está en una situación en la que siente que no hay salida, tenés que pedir ayuda.

Podes comunicarte con la Asociación Defender la Vida

@asocdefenderlavida

Tel: 3764385252

Misiones – Argentina

FAMILIAS: espacios de encuentros y desencuentros

El 15 de mayo fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 47/237 del 20 de septiembre de 1993, con el obj...